Inteligencia Artificial: Estaba buscando a Dios pero encontré Aleatorio

Cuando hablamos de Inteligencia Artificial, usamos diferentes términos que la mayoría de nosotros comprendemos correctamente. No obstante, repasemos algunas cosas básicas, en el futuro este artículo servirá para asegurarnos de que estamos en la misma página.

Probablemente hayas oído hablar de la llamada pirámide DIKW. Muchas personas usan datos y información indistintamente y pocos pueden articular qué es conocimiento. Para entender la explicación del autor sobre estas cosas, imagina tres urnas ornamentadas en un templo de un dios. Cada noche, según creencias locales, el dios coloca un regalo en una de estas urnas. Podemos inspeccionar libremente las urnas y tomar el regalo, pero primero intentemos describir en qué urna ha estado ese regalo. Antes de que alguien escuche nuestra descripción, estarán inseguros sobre qué urna contenía el regalo. Necesitamos 2 bits para la descripción, porque 1 bit reduce la incertidumbre al doble, lo cual no es suficiente para 3 urnas.

Así que tenemos 2 bits, “01” apunta a la urna 1, “10” — a la urna 2, y “11” — a la urna 3. Podríamos tener “00” pero no necesitamos esta combinación. Aquí tenemos un sistema con 2 bits de datos, y 1.58 bits de información. Y podríamos usar un compresor sin pérdida para reducir nuestros datos a menos bits.

Imagina que estamos muchos días en ese lugar y visitando el templo cada mañana para tomar un regalo y registrar en qué urna ha estado. Si estos regalos son otorgados por un verdadero dios que es incognoscible, es probable que nunca notemos un patrón y la secuencia de números de urnas será aleatoria. Pero ¿y si en realidad estos regalos son colocados por los sacerdotes? Supongamos que usan una puerta oculta en la pared izquierda del templo. Teniendo en cuenta la naturaleza humana de ser perezosa, es razonable esperar que los regalos se coloquen en la urna 1 (la más cercana a la puerta) en la mayoría de los casos, luego en la urna 2, y más raramente en la urna 3.

No sabemos quién coloca los regalos, pero si notamos el patrón anterior, podemos deducir la existencia de una puerta oculta y que el dios no tiene nada que ver con los regalos. Así es como funciona la inteligencia — encuentra patrones y deduce conocimiento.

Hoy en día usamos pruebas de CI especiales para medir la inteligencia de los seres humanos. Si pretendemos crear una inteligencia artificial, necesitamos medir su CI. Algunas personas afirman que el test de Turing falló, el autor está de acuerdo con esta afirmación y propone otro método:

Darle a la inteligencia artificial probada información que describa la evolución de algún sistema y pedirle que escriba un programa que prediga el estado futuro del sistema. El programa no necesita ser necesariamente un fragmento de código en lenguaje de programación C++ o similar, puede ser un circuito, un trozo de papel con fórmulas, cualquier cosa. Entre dos inteligencias artificiales probadas, la que proporcione el programa más corto tendrá un CI más alto.

Entonces, hemos obtenido un número que muestra el CI de una inteligencia artificial en particular. ¿Es una verdadera IA? Quizás. Podemos obtener la respuesta con bastante certeza si realizamos la prueba una y otra vez con diferentes sistemas en evolución y pedimos a los seres humanos (que sin duda poseen una verdadera inteligencia) que intenten pasar la misma prueba. Si los seres humanos obtienen un CI menor, entonces podemos afirmar que la inteligencia artificial probada es una verdadera IA.

En Aigarth, funcionando sobre Qubic, estamos intentando encontrar métodos de “destilar” información a partir de datos. Este es el primer paso, luego necesitamos dar otro — de información a conocimiento. Y quién sabe, tal vez un día daremos el paso de conocimiento a sabiduría…